Anna Sacks, apodada «La caminante de la basura» en las redes sociales, desde el 2018 filma sus paseos por las calles de Manhattan mientras inspecciona en bolsas de desperdicios de grandes cadenas comerciales. Y las critica por deshacerse de cosas que pueden usarse.
Anna se convirtió en estrella de las redes sociales al revolver los desperdicios de estas tiendas y avergonzarlas en sus videos. Tiene millones de visualizaciones en instagram y en tik tok, por recoger alimentos, suministros médicos, ropa de diseño y muebles utilizables.

En las imágenes se muestran montañas de bolsas de basura llenas de comida sin abrir o productos desechables sellados de distintos locales, como la cadena comercial estadounidense Party City, que todavía se pueden comer o usar. En algunos casos se puede observar cómo las empresas destrozan a propósito los envases de los artículos comestibles, de higiene, o material sanitario, y se deshacen de ellos.
En un video, se ve a la «influencer», de 30 años, buscando en una bolsa de juguetes. Donde encuentra cientos de piezas de Lego, tiradas para reciclaje. «Es imposible que esto se recicle en el sistema normal de reciclaje«, dijo. «Son demasiado pequeños. Se caerán literalmente por las rendijas», agregó.
Además, durante un recorrido cerca de las escuelas públicas del barrio de Upper West Side, descubrió material escolar de alta calidad. Ropa sin abrir, exceso de pan y productos de Dunkin’ Donuts con menos de un día.
«Es algo que me hace meditar mucho«, declaró esta semana al New York Post sobre su rutina. Sacks, una exbanquera de inversiones, explicó que su nueva forma de vida es dormir entre las sábanas que saca de una bolsa de basura (después de lavarlas) y beber el café que prepara de los envases que los comercios tiran habitualmente.
«Es muy fácil que las empresas hagan públicos sus objetivos de sostenibilidad, por los que reciben buena prensa y que destacan en sus informes [de responsabilidad social corporativa], pero luego no los cumplen», añadió.
La bloguera publicó en la página web change.org una petición, que ya tiene casi 450.000 firmas, instando a CVS a «donar, no tirar«. «Es tan asqueroso que esto es lo que le guste hacer, como corporación, en lugar de ayudar a las personas«, señaló a The Guardian.