Ahora San Juan conversó con Olga Susana Sandez quien compartió su historia junto a su mayor anhelo para este 2023, encontrar sus raíces y dar sentido a muchas preguntas que la acompañaron en su vida. Tiene 62 años, nació en San Juan un 13 de enero de 1960 a las 18:00 horas, en el Hospital Rawson, pero no tiene información certera de quienes son sus padres biológicos. Actualmente vive en Mendoza, y recién a sus 56 años supo que es adoptada cuando, luego de varias sospechas, una prima se lo confirmó. Recientemente, publicó en un grupo de Facebook de Valle Fértil sobre una búsqueda que inició para dar con algún dato que la vincule con su familia de sangre, y así es que consiguió saber algunas piezas claves de este rompecabezas. «Según mi prima, mi madre era oriunda de Valle Fértil y muy jovencita«, fue lo primero que supo. Después de su posteo, recibió un mensaje de una sobrina de la madre adoptiva, que le dijo que piensa que quien la tuvo podría ser de Jáchal. Susana, en su corazón sólo añora encontrar su identidad. «Les pido a todos que me ayuden a encontrar a mi familia, saber si tengo algún familiar vivo, poder abrazarlos. Es lo que más ansío, ya a esta edad sería un gran regalo para mí«.

Para conocerla, reveló que siempre se dedicó a cuidar niños y ancianos, y en ocasiones realizó tareas de limpieza, hasta que se jubiló hace 1 año. Esta mujer que se autopercibe como sincera y que no está en sus planes nunca bajar los brazos expresó: «Me gusta tejer, caminar, ver televisión. Soy muy sentimental, llorona, sensible, apasionada. Sufro por el dolor ajeno. Necesito ser querida, abrazada, mimada, cuidada. He tenido tanta necesidad de afecto, que creo que todavía me hace muchísima falta».
Momento quiebre. Antes de saber que es adoptada, Susana contó que nació y se crió en San Juan hasta el 83′, cuando se casó y se mudó a Mendoza. Pero las cosas en poco tiempo se tornaron complicadas: «Mi madre (adoptiva) empieza a sentir dolores, le hicieron estudios y deciden operarle un 24 de septiembre del 84′, yo estando embarazada y a punto de tener a mi primer hija«. Se enteran de la enfermedad incurable, la operan y el doctor le advirtió que tenía metástasis, «estaba todo tomado y no había más nada que hacer«. Ella, describió que se desesperó y lloró todo lo que pudo, pero que los médicos le recordaron que debía ser fuerte por su bebé que estaba pronta a llegar al mundo. «Me quedé ahí con ella, estuve a su lado hasta el final«, detalló. Un 14 de octubre de 1984 su madre fallece, justo 13 días antes de que nazca su primer hija, el 27 de octubre.
El amor después del desamor. Susana contó que, a su ahora ex marido, lo conoció por cartas. Al mejor estilo de las películas románticas. Él de Mendoza, y ella de San Juan. Después de un tiempo de escribirse y con el deseo de verse al fin, él viajó a San Juan para conocerla. «Estuve de novia con desde el 79′ hasta el 83′ que me casé, y me vine a vivir a Mendoza«, sumó.

Su sueño era casarse y tener hijos y lo cumplió. «Aunque luego me haya divorciado, pero lo cumplí. Tengo 6 nietitos que amo, y ahora mi mayor anhelo es encontrar a mi familia biológica, todo el que me pueda ayudar, si tienen conocimientos o sospechas de alguien que le hayan dicho que su bebé murió, o que haya tenido un bebé en cualquier circunstancia (y que no lo haya criado por el motivo que sea) que se comunique conmigo«, lanzó casi entre suspiros.
La realidad que conoce. Benjamín Nicolás Sandez (quien fue ginecólogo en el Hospital Rawson) y María Luisa Quiroga (que trabajó en el mismo lugar) son sus padres adoptivos. En la publicación que hizo en redes explicó: «Ella viajaba mucho al Valle cuando yo era pequeña , en esos tiempos frecuentaba a Saúl Quiroga que tenía un grupo y cantaba , también me suenan los apellidos Mullady , Lucinda Burgoa , el nombre Carmela que era la chica que me cuidaba , hace 62 años en el Valle todos se conocían , un pueblo chico , y se habrán enterado de alguna chica que estuviera embarazada y que tuvo a su hija en el Hospital Rawson un 13 de enero de 1960 por la tarde«. Y hacia el cierre de la misma informó: «Él era ginecólogo y falleció el 25 de junio de 1959 y mi madre adoptiva trabajaba en rayos y falleció el 14 de octubre de 1984«.
La infancia y crecer bajo la duda. «Cuando era chica nunca sospeché«, comenzó diciendo. Sin embargo, agregó que hubo asperezas que no conseguía comprender: «Sé que de chica no fui querida con las tías de mi mamá adoptiva, no eran cariñosas, me hacían a un lado, no recuerdo que mi mamá adoptiva me haya festejado un cumpleaños, no tengo fotos de mi crecimiento, ni de bebé. Sólo tengo algunas pocas en las que se ve que soy una beba de unos 9 o 10 meses. Después tengo otras con mi madre (que me crió) y nada más. Luego vinieron las fotos que nos sacaban en el colegio al que iba, Santa Rosa de Lima«. Susana cada día intenta atar cabos sueltos, y entre ellos comentó que su madre María Luisa, supo decirle que por parte de la familia Sandez no imaginaban que ella nacería, y que su existencia significó una sopresa para ellos en este sentido. Aunque en general, otras cosas son las que la marcaron, el desapego de algunos familiares. «Hubo ciertas actitudes que me dolieron, me desplazaban, y de grande entendí el porque. Yo sentía que no me quisieron nunca».

La adolescencia. «Recuerdo que mi madre no me dejaba salir a ningún lado, viviamos al frente de un balneario y era ahí donde solamente me permitía ir porque era amiga de la dueña. Pero no tenía muchas amistades, nunca fui a un cumpleaños de mis compañeras del colegio, ni a un baile. Los lunes escuchaba que ellas contaban lo que habían hecho», describió mientras decía cómo era quedar afuera de toda vida social. «Me marcó que no me dejó ir al viaje de estudios, que fue en las Cataratas. Yo era aplicada, estudiaba y quería ir«, aseveró, aunque hoy ya no guarda rencores.
La falta de afecto. Este es un concepto que Susana recalcó en reiteradas ocasiones, bajo la cálida entrevista que brindó con entusiasmo de encontrar lo que necesita para llenar esos espacios vacíos hasta ahora. «Te puedo decir que de chica no me dejaban salir a ningún lado. A mi mamá le destaco la buena educación que me dio, por la que le estoy agradecida«, relató antes de manifestar cierto recelo por haberle ocultado esta realidad. «A mi prima también le recriminé en aquel entonces, porque ella pudo habérmelo dicho cuando falleció mi mamá en el año 1984. Con todo el tiempo que pasó, si hubiera sabido en ese momento, podría haber hecho más cosas. Pero según ella era un secreto bien guardado, que no me tenía que enterar», adicionó.
El momento en que lo supo. «A los 56 años le pregunté a mi prima, hija de un hermano de mi mamá adoptiva, si yo era adoptada. y ella me lo confirmó. Ya venía con algunas sospechas, porque mi hija me hacía preguntas que no podía responder, ella me decía que le parecía rara la diferencia de edad de mi madre cuando me tuvo».

Las consecuencias del posteo en Facebook. Una sobrina de su madre adoptiva se comunica con ella, María Esther Quiroga, quien aseguró que, entre varios datos que le aportó, le dijo «que en el Hospital Rawson tenían todo listo y que no había sido abandonada«. Esto la conmocionó aún más: «Por eso tengo sentimientos encontrados. Tenían todo preparado para la adopción apenas yo naciera«. Además expresó: «Se acuerda de mí, que me paseaba en un cochecito cuando yo vivía por la Hipólito Yrigoyen de Santa Lucía. Me brindó datos que son los únicos que tengo. Ella me dijo que había sentido en una conversación que mi mamá biológica era de Jáchal».
En el audio que Susana compartió para Ahora San Juan, se escucha que Esther le dice: «Yo soy hija de Don Arcadio Quiroga, hermano de tu madre adoptiva, María Luisa Quiroga y de Lucinda Quiroga. Por eso íbamos a tu casa siempre. Mi padre me llevaba cuando era niña y recuerdo haberte paseado en cochecito por la vereda». Luego agregó: «He ido por mucho tiempo a tu casa«. Entre sus palabras le dejó en claro la alegría que le significó saber de ella nuevamente, y le dijo que «su padre había sido hasta padrino de boda de sus papás adoptivos«, pero para su mala suerte, advirtió que todos quienes ella conoce o sabe que podrían aportar algún dato han fallecido.

Por su parte, Olga Susana recordaba (de antes) a la familia Mullady que solían visitar su hogar de niña. «Sé que uno de los chicos se apodaba Mulqui y su nombre era Oscar«, comentó. Esta prima adoptiva que se comunicó con ella, le mencionó que este señor podría trabajar en la municipalidad de Valle Fértil, y que su mámá y hermana se llamaban Estela. Esta información le resulta crucial, porque tal vez ellos sepan algo más para aportar. Otros nombres que no ha olvidado son: Lucinda Burgoa, y Carmela Acosta (que era quien la cuidaba de bebé).
Su presente. Divorciada, jubilada, con 4 hijos y 6 nietos no pierde las esperanzas: «Deseo saber si tengo una mamá o un papá vivo, un sobrino, alguien. Es un sentimiento que llevo en mi interior, quiero conocer mi identidad biológica. Saber a quienes se parecen mis hijos. Si hay alguna enfermedad o algo genético». Su mayor miedo es que los archivos del Hospital Rawson se hayan quemado, como le dijeron que podría haber pasado. «Espero que no sea así, no se por dónde empezar, cuando tenga más dinero pensé en comprar un kit de ADN«, alegó.
Como cierre, dejó un mensaje para sus familiares biológicos por si alguna vez los encuentra:
«No sé en qué circunstancias se llevó a cabo la adopción, o si mi mamá biológica fue obligada a hacerlo, o tal vez porque era muy joven, o porque simplemente no me pudo tener. Pero si pudiera decirle algo a ella o algún otro pariente, no les recriminaría nada a nadie. Sólo tengo muchas ganas de conocerlos, de darles un abrazo, un beso, saber si tengo familia. Todos tenemos el derecho a saber nuestra identidad, de dónde venimos, quiénes somos, y no ser una NN. Me hubiera encantado tener hermanos en quienes apoyarme cuando pasé por momentos duros de la vida«.
Para todos los sanjuaninos deja un pedido especial que cambiaría su vida: «Tiene que estar asentado en algún libro de Valle Fertil o de Jáchal, del Hospital Rawson, que diga quién fue un 13 de enero a tener una bebé a las 18:00 horas. A mí me anotaron después, un 23 de noviembre de 1960, pero la partida de nacimiento dice que nací un 13 de enero a las 18:00 horas. Les pido a todos que me ayuden a encontrar a mi familia y saber mi identidad biológica. Es lo que más ansío, ya a esta edad sería un gran regalo para mí«, culminó.
Su teléfono de contacto por cualquier información es 261-2459861 y su mail susisandes@gmail.com