Después de haber sido sentenciado a 5 años de prisión efectiva por el delito de «coacción y lesiones leves calificadas», tras filtrar fotos y vídeos íntimos de su ex pareja, el tatuador sanjuanino recibió un nuevo revés judicial: le revocaron el arresto domiciliario y ahora deberá cumplir la pena tras la rejas.
El jueves pasado, la justicia penal de La Rioja lo sentenció con un histórico fallo por ‘pornovenganza‘, es decir por difundir imágenes de su ex novia sin su consentimiento.
Pioli cumplía la condena en su casa porque el fallo no estaba firme. Pero la Cámara Tercera en lo Criminal y Correccional de La Rioja dejó sin efecto esa medida y ordenó el inmediato traslado del tatuador al Servicio Penitenciario Provincial.
El caso que el sanjuanino protagonizó resultó el primer proceso oral en el país por difusión de material sexual íntimo, tipificado en el Código Penal como “pornovenganza”.
El caso fue clave para la Reforma del Código y la inclusión de esta figura como delito informático. De esta manera, Sánchez Frega se convirtió en la primera mujer del país que logró avanzar con una causa de ‘pornovenganza’.
Sánchez Frega conoció a Pioli en 2016, cuando fue al local donde trabajaba. Iniciaron una relación y a los dos meses el tatuador se fue a vivir a la casa de ella. Dos meses después la relación empezó a tensionarse por continuas peleas. A los ocho meses de vínculo ella logró que el tatuador abandonara la vivienda. Tras la separación recibió insultos y amenazas, y sufrió por la publicación de fotos y videos sexuales.
Lo denunció y en 2017 al tatuador lo procesaron con prisión preventiva por los delitos de coacción y lesiones leves contra ella. Pioli estuvo dos días detenido pero salió en libertad tras el pago de una fianza.
Durante la breve relación la joven sufrió violencia de género. Sánchez Frega dijo que inicialmente recibió amenazas que surgieron por su negativa de seguir con la relación. En venganza Pioli envió imágenes y videos íntimos a su grupo de amigos y a otras personas a través de las redes sociales.
En 2019 volvió a la cárcel por publicar otros videos, en esa oportunidad, en tono de burla hacia la víctima y la Justicia. Al año siguiente le otorgaron la domiciliaria.
La semana pasada lo condenaron a cinco años de prisión efectiva. Inicialmente cumplió la sentencia en su casa porque la sentencia no estaba firme, pero la Justicia revocó esta medida y ordenó que el tatuador vuelva a la cárcel.