sábado, septiembre 6, 2025
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«Mirtha», la reina del adulto mayor que deja inspiración y consejos.

Ahora San Juan dialogó con quien será la saliente reina del adulto mayor provincial, María Mercedes Pérez, conocida como «Mirtha» por su entorno cercano. Una jovial señora de 77 años que tiene mucho para contar. La charla se dio entre risas, consejos, y recuerdos. Imposible no querer ser amigo/a de Mirtha. «Las cosas buenas, pequeñas, hay que valorizarlas y ser mejores personas», reflexiona.

La pregunta curiosa tenía que suceder ¿por qué Mirtha? «mi mamá era fanática de Mitha Le Grand, siempre me dijeron así, todos me conocen como Mirtha. Mi papá cuando me asentó en el registro civil me puso María Mercedes», pero eso no impidió que se la conociera como su madre deseaba, como Mirtha. «Mi mamá, cabeza dura, española, me empezó a decir Mirtha», recuerda María Mercedes.

«En los Centro de Jubilados tengo que firmar como María Mercedes, y me tuve que acostumbrar que me dijeran así». Cuando fue el día de la elección de reinas, Mirtha/María Mercedes, cuenta una anécdota con la que no puede dejar escapar una risa cómplice. «Un vecino alentaba gritando Mirtha y lo miraban porque no sabían que era a mi a quien alentaba. En el barrio y la familia me conocen como Mirtha, como mi mamá me llamó siempre. Pensaban que estaba alentando a otra persona».

Quizas «nuestra Mirtha» sacó lo coqueta de la ídola de su madre. Una mujer de una fe enorme, respetuosa y amorosa. Cada vez que habla dice «mi amor», con una particularidad en su tono de voz que hace sentir que se mantiene una amistad de años con ella.

María Mercedes para algunos, Mirtha para otros, comenta que antes de la pandemia tenía una agenda muy apretada, llena de actividades que organizaban en centros de jubilados. Ella va al centro de jubilados Tercera Primavera, en Rawson. «Estoy muy agradecida del gobierno que da estas actividad que nos llenan de alegría el corazón y nos permite estar jóvenes».

Madre de 4 hijos, tres mujeres (Yanina Elzabeth, y las mellizas Maria Belén y María Valeria), y un varón (Oscar Javier), abuela de 11 nietos. Expresa con amor y alegría que su familia la acompaña en todo, resalta el agradecimiento y devoción que tiene por los suyos, que están en cada instante con ella. «Siempre les aconsejo que estudien a mis nietos, mis hijas por suerte han estudiado».

Agradecida de la vida que ha logrado tener, con sus momentos lindos y no tan lindos, como la vida misma. Antes de ser jubilada atendía un negocio que tenía junto a su fallecido esposo, Don Uriza. «Me dedicaba mucho a los niños, todos eran muy chicos, atender el negocio que estaba en casa me permitió estar presente en cada momento de los niños», expresa quien sin duda nunca tuvo un franco ni vacaciones, ser ama de casa era, es y será un trabajo de 24 horas al día los 7 días de la semana. «Eran niños muy buenos, muy tranquilos, por suerte. Estoy muy agradecida».

Sus hijas viven pendiente de las necesidades que pueda tener Mirtha, su hijo también, solo que a la distancia, hoy vive en Buenos Aires.

Para la mujer, que se confiesa muy activa, la pandemia por covid-19 y la consecuencia del aislamiento, la tuvo al mal traer «tengo depresión y es muy feo estar sin poder ver a los seres queridos. No pude ver a mis nietos porque yo soy persona de riesgo, entonces para cuidarme no me podían venir a ver».

Esa situación, sumado a la inactividad de alguien que solía tener una agenda apretidisima, hicieron que cayera nuevamente en un pesar. Sin embargo, hoy vé que el sol está próximo a salir, el fin de la pandemia, el regreso de algunas de las actividades le da esperanza para volver a ser la Mirtha de todos.

La corona

Claramente, antes de ser reina provincial fue electa soberana en Rawson, departamento del cual es oriunda. «No me lo esperaba, porque yo soy muy tímida, excepto cuando bailo». Y sí, a Mirtha le gusta mover el cuerpo al ritmo de la música.

La soberana asume no poder decirle que no a un baile, confiesa que eso la llena de alegría y vitalidad.

El jueves pasado realizó la entrega de la corona municipal. El dia estaba muy ventoso, pero eso no opacó la alegria del acto de entrega. El viernes, se dispuso a entregar los atributos provinciales que se dio lugar en el Hotel Provincial. Un sentido acto que marca el cierre de una etapa que le dio muchas alegrías a Mirtha.

La ex soberana comenta que le hubiera gustado hacer mucho más. Pudo disfrutar el primer año de su reinado repleto de actividades, en el 2020 la pandemia no dejó hacer nada.

Sin embargo, momentos inigualables quedan registrados en su memoria. Al relatar el dia en el que fue nombrada Reina Provincial del Adulto Mayor, cada detalle hace que pareciera que se estuviera reviviendo en ese mismo instante.

Para ser coronada el protocolo establecía que debía realizar un baile con un hombre de la familia, y pese a la distancia que separan San Juan de Buenos Aires, su hijo Oscar se hizo presente de sorpresa. La alegria y la emoción invaden el recuerdo de Mirtha. Evidentemente se puede notar que la distancia entre madre e hijo no es algo fácil de sobre llevar.

La flamante mujer narra que sus hijas le comentaron que su madre iba a ser elegida Reina del Adulto Mayor de San Juan, lo del baile que debía realizar. «Oscar, venite», le dijeron sus hijas. El único varón de la familia se hizo presente. Un viaje veloz, de sólo 24hs de presencia pero que quedarán grabados en la mente de Mirtha. Poder haber bailado con su hijo en un escenario a la vista de muchisimos espectadores que aclamaban a la nueva soberana. «Al otro día se tenía que ir, porque el tiene todo alla, su trabajo, familia, pero fue hermoso», asueme la mujer.

Un hecho desafortunado:

En el 2014 sucedió algo que rompió el corazón de Mirtha, sus vecinos, amigos y familia. En febrero del 2014 las típicas lluvias de esa temporada hicieron que sucediera un cortocircuito en su casa de toda la vida, lo que lamentablemente desencadenó en un incendio que se llevó todo.

«Una casona de esas antiguas de Rawson. Me acuerdo que ese día llovía finito, hacía 4 días que no paraba de llover. Me llamó mi hija y me dijo ‘mamá, no salgas que ya se larga’ pero yo tenía que ir a la Misa Carismática, que son celebraciones muy lindas porque se canta, a mi me gustaba mucho y me hacía muy bien, entonces me fui. Cuando salí de la misa mi hija me pasó a buscar y me fui a quedar a en su casa porque la mía se llovía un poco. A los días la llaman a mi hija con la noticia que mi casa se quemaba, después me llamó una vecina y me dijo ‘Mirtha, se quema tu casa«, allí una pequeña pausa se produce en el relato. Sin duda la angustia se revive.

«Soy muy agradecida de Dios» continúa diciendo, ya que claramente la pérdida del hogar es un dolor enorme, pero ella no estaba ahí, esta en la casa de su hija, rodeada de amor y contención. Luego de eso se mudó definitivamente con ella. La ayuda y contención brindada en ese hogar hicieron que la pena no sea eterna.

Reflexiones de años vividos:

«77 abriles que no volverán», muy bien vividos. «Siempre les digo a mis hijas y nietos que estudien, que se diviertan. A veces los veo tan acelerados que parece que no se dan tiempo» . «Es importante que aunque sean madres no se olviden de ellas, que hagan cosas que les gusta».

«A veces veo que nosotros nos animamos a hacer más cosas que nos gustan que los jóvenes. Quizás tienen vergüenza, pero tienen que animarse«, aconseja.

«Hoy me gusta hacer cosas que me gustan. Me gusta bailar, juntarme con las chicas -risas- yo asi les digo a mis amigas del centro de jubilados». «A mi siempre me gusta bailar, en ese momento no soy tímida». Junto al centro de jubilados armaron una murga «Tercera Primavera». «Bailamos por la calle», dice risueña Mirtha.

Ser buenas personas, agradecer, estudiar y divertirse. Cuatro items para mantenerse vital, alegra y con la frente en alto, igual que María Mercedes Pérez, alias Mirtha.

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