Durante la marcha del 8M, un pequeño grupo de manifestantes arrojaron bombas con pintura roja contra algunos edificios públicos y la Catedral de San Juan.
Las paredes del Centro de Abordaje y Contención a las Víctimas de Violencia Intrafamiliar y de Género (CAVIG), el Registro Nacional de Reincidentes ( RNR) y el ingreso a la Catedral fueron el blanco.
Muchos sanjuaninos se mostraron indignados por el accionar de este grupo y por como quedaron las paredes manchadas, por su parte la policía inició la investigación para individualizar a las culpables.