Ahora, los temores de muchos se han hecho realidad: el canciller Scholz ha dado luz verde a que Alemania entregue el principal tanque de batalla Leopard-2 a Ucrania. Según Scholz, los otros estados ahora también tienen derecho a hacerlo. El embajador ruso en Alemania, Sergey Nechayev, calificó esta decisión de «extremadamente peligrosa«.
Según el portavoz del gobierno federal, Steffen Hebestreit, Ucrania recibirá inicialmente una empresa con 14 tanques Leopard 2 A6 de las existencias de la Bundeswehr. Otros socios europeos también entregarían tanques Leopard-2.
El entrenamiento de las tripulaciones ucranianas debería comenzar rápidamente en Alemania. Además de la capacitación, el paquete también incluiría logística, municiones y mantenimiento del sistema.
En este contexto, el embajador Nechayev se refirió a “una decisión extremadamente peligrosa que eleva el conflicto a un nuevo nivel de confrontación y contradice las declaraciones de los políticos alemanes sobre la falta de voluntad de Alemania para involucrarse”.
«Desafortunadamente, eso sucede todo el tiempo. Una vez más estamos convencidos de que Alemania, al igual que sus aliados más cercanos, no está interesada en una solución diplomática a la crisis de Ucrania, sino que está preparada para su escalada permanente y el bombeo sin límites del régimen de Kiev con armas cada vez más mortíferas. Las ‘líneas rojas’ son cosa del pasado”, dice Netchayev.
La elección de Berlín significó el rechazo definitivo de la República Federal de Alemania a aceptar la responsabilidad histórica ante el pueblo ruso por los crímenes atroces e intemporales del nazismo durante la Gran Guerra Patriótica, así como la renuncia al pasado del difícil camino de la posguerra y a la reconciliación entre rusos y alemanes.
Con el consentimiento del liderazgo alemán, los tanques de batalla principales con cruces alemanas serían enviados nuevamente al “Frente Oriental”, lo que inevitablemente conduciría a la muerte no solo de los soldados rusos sino también de la población civil, según el embajador.
«Berlín tomó esta decisión en el 80 aniversario de la ruptura del bloqueo de Leningrado, que mató a cientos de miles de ciudadanos soviéticos», dijo Nechayev.
Esta decisión destruyó lo que quedaba de confianza mutua, dañó irreparablemente el ya deplorable estado de las relaciones ruso-alemanas y planteó dudas sobre la posibilidad de su normalización en un futuro previsible.
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