En los Juegos Olímpicos de Tokio se repartirán cerca de 5.000 medallas hechas con material reciclado de dispositivos electrónicos como laptops, smartphones y máquinas fotográficas.
Fueron las mismas personas las que aportaron el material para ser reciclado y que fue recolectado en más de 2.000 negocios de electrónica y alrededor de 1.300 escuelas, con el apoyo de NTT Docomo, el más importante operador telefónico de Japón.
De la tarea de recolectar el material participó todo Japón a través del «Proyect Tokio 2020 Medal».
El proyecto en cuestión nació hace poco más de dos años y permitió reunir casi 80 mil toneladas de descarte, de los cuales hay seis millones de smartphone, entre otros objetos, para ser recicladas y obtener el material necesario para diseñar las medallas de estos Juegos Olímpicos.
De ese material se rescataron casi 30 kilogramos de oro, cerca de 3.500 kilos de plata y otros 2.200 de bronce, los tres metales con que están hechas las preseas para los tres primeros de cada competencia. También la antorcha olímpica fue confeccionada con aluminio reciclado y los podios, con plástico reutilizado. Una iniciativa que jamás se había efectuado en unos Juegos Olímpicos.
El diseño del reverso de la medalla ha corrido por cuenta del artista Junichi Kawanishi. Incluye un ichimatsu moyo, circular un patrón geométrico tradicional, cuya combinación en las medallas quiere representar la unión humana en la diversidad y el esfuerzo por conseguir las metas. El mismo forma una suerte de corona a la que se puede encontrar paralelismo con las tradicionales griegas.

Las cintas con las que colgarán del cuello de los laureados tienen también motivos de itchimatsu moyo y kasane no irome, procedentes de los kimonos tradicionales. Similares motivos se han incluido en sus estuches en que se guardan. Como se sabe, a causa de la pandemia del coronavirus serán los propios deportistas quienes las recogerán y las colgarán de sus cuellos.
No es la primera vez que se emplea material reciclado para fabricar las medallas: se hizo en Vancouver 2010 y en parte en Río 2016, cuando también se usaron técnicas ‘limpias’ para separar el oro. También se ha usado otro tipo de material: en los Juegos de Invierno de Lillehamer las medallas fueron de piedra tallada y bañada y en algún mundial de patinaje se entregaron preseas de cartón. Pero lo que no cambia es el simbolismo. El valor monetario de la medalla de oro se acerca a los 500 euros, pero su valor simbólico es imposible de calcular.