Una medida sin precedentes impactó esta semana, en la que se conmemora el paso a la inmortalidad del General José de San Martín
En estos días de profunda conmemoración patria, mientras en San Juan las escuelas, autoridades y ciudadanos rinden tributo al Padre de la Patria, el presidente Javier Milei ha tomó la decisión de disolver el Instituto Nacional Sanmartiniano, un organismo con más de 90 años de historia, creado por ley, y que ha sido bastión de la investigación, difusión y preservación del legado sanmartiniano en todo el país.
La medida —tomada mediante decreto presidencial— ha causado estupor no sólo en los ámbitos académicos y culturales, sino en amplios sectores de la sociedad civil. Según contó en Compacto13 Miguel Ángel Licciardi desde La Asociación Cultural Sanmartiniana de San Juan, el único académico de número del interior del país del organismo, el Instituto Nacional Sanmartiniano no es una oficina burocrática más; es la piedra angular de un esfuerzo colectivo que ha trascendido gobiernos de todo signo político desde 1934 hasta la actualidad. Ni dictaduras ni democracias, ni oficialismos ni oposiciones anteriores se atrevieron a tocar esta institución que fue legitimada y reforzada legalmente durante la presidencia de Arturo Frondizi.
La noticia de la disolución golpea con fuerza. Nunca antes, en ninguna administración, se había tomado una medida tan radical contra el único instituto histórico creado por ley para custodiar la memoria del más grande prócer argentino. Incluso durante gobiernos militares o de crisis institucionales, el Instituto se mantuvo en pie. Hoy, ha sido desalojado de su sede histórica —la réplica de la casa de Grand Bourg, en Palermo—, esa misma donde San Martín vivió sus últimos años y donde recibió a Sarmiento (Foto).

¿Y qué gastos ocasionaba el Instituto? Ninguno. “Todos los académicos trabajamos ad honorem. Viajábamos a nuestras reuniones con fondos propios. No éramos una carga presupuestaria. La verdadera riqueza que producíamos era intelectual y simbólica” dijo Licciardi

La función del Instituto era clara: investigación histórica, preservación de archivos, publicaciones, y educación. La historia sanmartiniana no está agotada; al contrario, está viva, en constante descubrimiento. “En mi caso, puedo mencionar con orgullo haber descubierto el verdadero lugar de sepultura del coronel Cabot —héroe sanmartiniano— en Buenos Aires, cuando la historia oficial lo creía muerto en Chile. Este es solo un ejemplo de los aportes que aún se pueden hacer”, aclaró el catedrático.
Mientras se organizan los actos del 17 de agosto, cuando a las 15 horas se hace sonar el toque de silencio en su memoria, el Instituto Nacional que llevaba su nombre ha sido silenciado por decreto y transformado en Museo. “Mi esperanza es de que alguien le haga ver al Señor Presidente y que él reflexione y revoque la decisión que ha tomado que es bastante desgraciada porque para mí es una afrenta a la memoria del General San Martín y a la Patria misma”, enfatizó Licciardi como especialista autorizado en el tema.
CÓMO SE TOMÓ LA MEDIDA SOBRE LA CUAL MUCHOS ACADÉMICOS SON CAUTOS Y OTROS CRÍTICOS
A través de los decretos 345 y 346/2025, el gobierno de Milei dispuso la transformación del Instituto Nacional Sanmartiniano en una unidad organizativa interna dentro de la Secretaría de Cultura, es decir, pasó de ser un organismo independiente de investigación a convertirse funcionalmente en un museo nacional.
Claudio Morales Gorleri, quien había sido designado como presidente ad honórem en 2024, fue removido de su cargo vía WhatsApp por la subsecretaria de Patrimonio Cultural, Liliana Barela, con la explicación de que «la ley de creación del INS había quedado sin efecto».
Como el INS fue creado originalmente por ley (refrendada por la Ley 14.467 en 1958), el gobierno no pudo disolverlo por decreto, a diferencia de otros institutos. En cambio, lo transformó en museo, “vacío” de su función educativa e investigativa original.
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