A pocos días del 27 de enero, cuando asumirá como presidenta Xiomara Castro, del partido Libertad y Refundación (Libre), Honduras experimenta una crisis política tras la juramentación de dos juntas directivas en el Congreso Nacional: una aprobada por la mayoría de los diputados propietarios en el hemiciclo y la otra, por el futuro Poder Ejecutivo.
El pacto, denominado Acuerdo Bicentenario y suscrito en octubre pasado entre Libre (izquierda) y los partidos Salvador de Honduras (PSH, centro) e Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU, centroizquierda), establecía la renuncia de Salvador Nasralla a su aspiración presidencial y su adhesión a la candidatura de Castro, a cambio de la presidencia del Congreso para el periodo 2022-2026.
Una vez conocidos los resultados de las elecciones generales del 28 de noviembre último, al menos una veintena de parlamentarios electos de Libre desconocieron el convenio firmado con integrantes de la alianza opositora respecto a la designación del presidente del Poder Legislativo y faltaron a una reunión convocada por la mandataria Xiomara Castro el 20 de enero para apoyar el nombramiento del constituyente Luis Redondo del PSH a la presidencia de la junta directiva del Congreso.
Al día siguiente, durante la primera sesión del hemiciclo, los congresistas disidentes votaron la moción de la parlamentaria Beatriz Valle en favor del diputado de Libre Jorge Cálix como presidente del Legislativo.
«Ellos traicionaron un proyecto político y de reconstrucción, nacido de las bases populares y pensado desde la propia voz de los movimientos sociales. Castro ha sido transparente y ética al mantener su palabra, de ahí la juramentación este domingo [23 de enero] de Redondo«, explicó el analista político y educador popular Luis Méndez.
Bajo esos argumentos 18 diputados de Libre resultaron expulsados de sus filas luego de manifestar su apoyo a Cálix, ratificado también por los 44 representantes del partido Nacional; 15 del Liberal, la mayoría de la corriente del exaspirante Yani Rosenthal, y uno del Anticorrupción, desde una sesión organizada en el club Bosques de Zambrano de Tegucigalpa.
Para los analistas los argumentos de los 18 diputados en apoyo a Cálix y a Beatriz Valle, protagonistas de la intentona golpista parlamentaria y quienes justificaron su comportamiento con un supuesto apoyo a Castro en el futuro, pero en la práctica «es mentira» y su conducta era predecible, tras sus reuniones con miembros del partido Nacional.
Afirman que, el objetivo es evitar que en Honduras exista un verdadero cambio, democratización y refundación del país y que se trastoquen los intereses de las esferas de poder, responsables de la destrucción del territorio centroamericano; constituye una estrategia de contención a las iniciativas contenidas en el plan de gobierno de la mandataria electa.
La nueva administración encabezada por Xiomara Castro, antes de asumir el poder, conformó varias comisiones encargadas del traspaso de mando, de las secretarías y ministerios y otra dedicada a la recepción de las propuestas y demandas de los movimientos sociales: indígenas, sindicados, mujeres, comunidad LGTBIQ+, jóvenes, sectores de salud y educación, migrantes, entre otros.
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