Un reciente descubrimiento en el Cerro San Cristóbal, ubicado en la región de Santiago, en Chile, revela un sistema de piedras alineadas con los equinoccios, que podría datar de hace entre 3.000 y 5.000 años.
El hallazgo resalta una conexión ancestral y espiritual entre estas formaciones y los pueblos originarios, particularmente el pueblo Mapuche, y sugiere la posibilidad de que el cerro fuera considerado un lugar sagrado por varias culturas prehispánicas.
El equipo de arqueólogos, encabezado por el investigador Rubén Stehberg, verificó que aunque la mayoría de las cavidades son naturales, un 10% corresponde a piedras talladas intencionalmente, según informó
El Ciudadano, socio de la red TV BRICS.
El sitio ha sido bautizado como “Las piedras tacitas del portezuelo del Collo Inca” y está cerca de una antigua toma de agua construida por los pueblos locales con tecnología inca.
Aunque las piedras tacitas no pueden ser atribuidas exclusivamente a la cultura inca, su presencia y alineación con los equinoccios refuerza la idea de un uso ceremonial o espiritual que trasciende la llegada de los incas al valle del Mapocho, que deriva al río de Santiago.
Las piedras tacitas son más que simples vestigios arqueológicos; representan un puente entre la historia geológica y las profundas creencias espirituales de los pueblos originarios.
Además, su protección es crucial, no solo para preservar el patrimonio cultural, sino también para respetar el valor espiritual que estos lugares aún tienen para las comunidades indígenas de Chile.
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