El ministro de Economía, Martín Guzmán, iniciará este lunes una intensa agenda en Washington, donde se entrevistará con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y asistirá a la Asamblea Anual del organismo y el Banco Mundial, y la cumbre de ministros del G20.
Las negociaciones de la deuda se mantienen herméticas y hay voluntad de las partes en avanzar con un acuerdo, si bien es de especial interés declarado del presidente Alberto Fernández que el nuevo acuerdo para reprogramar los US$ 45.000 millones heredados del gobierno anterior se negocie bajo un nuevo esquema de tasas de interés más bajas, que la Argentina y otros países en desarrollo pelearán a nivel multilateral en la cumbre que tendrá lugar la próxima semana.
Se trata del intento por quitar los sobrecargos de intereses que el FMI cobra a préstamos excepcionales, como el que la Argentina solicitó bajo la presidencia de Mauricio Macri, y que encarecen el costo del crédito que el país tomó del Fondo en alrededor de US$ 1.000 millones anuales, según estimaciones oficiales.
El miércoles 13 se desarrollará también en Washington la cuarta cumbre de ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales del G20 bajo la presidencia italiana, que discutirá los temas de interés de la Argentina, antes de la Asamblea anual del Fondo.
«Tras el histórico acuerdo sobre los componentes clave de los dos pilares sobre la reasignación de beneficios de las empresas multinacionales y un impuesto mínimo global efectivo alcanzado en julio, se espera que los ministros y gobernadores respalden el acuerdo político final para establecer un impuesto internacional más estable y más justo», indicó el Gobierno italiano en la víspera de la reunión.
Italia agregó que «tras la asignación general del FMI de US$ 650.000 millones en derechos especiales de giro (DEG), el debate se centrará ahora en las opciones para canalizar voluntariamente una parte de los DEG asignados para ayudar a los países en condiciones críticas«.
Este nuevo fondo se armará con recursos de países desarrollados que no los necesiten para canalizarlos a los que sí tengan necesidad de utilizarlos, algo que también es de especial interés para la Argentina.