sábado, septiembre 13, 2025
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Gigi Up Tattoo: lleva un «proyecto con vida propia», Empoderarte, que transmuta el dolor en amor.

Ahora San Juan entrevistó a Gisella López Sabatini, una mendocina, tatuadora y muy pronto psicóloga. Conocimos su proyecto «Empoderarte», el cual está destinado a mujeres que padecieron cáncer de mamas o cualquier traumatismo en esta zona y que «desean transmutar eso que fue doloroso en amor, protección, en sentirlo y llevarlo como escudo, algo que las fortalezca, las ayude a volver a amarse y a mostrarse, lo que aumenta bastante la autoestima». Explicó que «la idea es decorar de manera gratuita las cicatrices y sumar a través del arte y su poder«. Otro dato importante, es que pregunta primero si se hicieron el control anual con el ginecólogo y de las mamas, para saber que todo esté bien. «La idea es fomentar ésto», aseguró.

Gisella (más comúnmente conocida como Gigi Up), tatúa desde hace 10 años.Ya empoderó mujeres de Mendoza, Buenos Aires, Neuquén, El Bolsón y pronto seguro sumará a San Juan. «Conozco su provincia, fui varias veces, hay una convención de tattoo que se hace cada año que está muy buena. Y fui a tatuarme una manga con Federico Paz, que reside en Alemania, pero que una vez al año, viaja al estudio de Mauricio Riveros en San Juan». Y agregó: «Es re lindo, se mueve bastante el mundo del tatuaje. Y uno de los lugares que me encantó es el Club Náutico Ullum. Fuimos a pasar el día y quisiera ir de nuevo. Me encantaría extender el proyecto a las sanjuaninas, estamos cerca. Y se podría coordinar para llevarlo a cabo. Estoy totalmente interesada en eso», expresó. De la mano de la fotógrafa Magui Herrera consigue plasmar sus obras de arte en piel.

Gigi junto a sus empoderadas. Ph: Magui Herrera.

Un poquito sobre la heroína de los tattoos: Ahora, está en la etapa final de la licenciatura en psicología. Siempre se dedicó al tatuaje: «Fui a México, y a la Patagonia (donde hice trabajos en el camino). Cuando terminé de cursar viajé a Europa para conocer y continuar perfeccionándome«. Además es muralista y hace grafittis. «El destino y la energía universal me presentaron el tattoo como un camino a seguir, ésto está relacionado con Empoderarte que es uno de los sentidos de mi vida. Y con el arte al que amo«, reveló. Luego confesó: «Pensé en un proyecto orientado a la mujer porque entre nosotras nos comprendemos y apoyamos. Y porque estoy atravesada con la experiencia de vida, viví con mi mamá y hermana, también estuvo mi nona y mi prima un tiempo, siempre fuimos mujeres«.

Anteriormente trabajó en un local de piercings y tatuajes atendiendo al público donde aprendió los tecnicismos. Remarcó que siempre le gustó dibujar. «Muy conectada con el arte desde chiquita», indicó. Y agregó: «Le vendía a los tatuadores tintas, les recomendaba marcas, sabía cuáles eran las agujas y todo el kit que se necesitaba para empezar a tatuar. Hasta que tomé un curso con uno de los dueños del local donde atendía«. En este punto, dijo que no fue una decisión fácil: «Lo pensé un montón porque en mi provincia, en ese entonces, había 2 o 3 mujeres nomás en el rubro, antes ese ámbito era criticado, por suerte hoy se concibe desde otra postura menos juzgada sin tanto señalamiento. Hice el curso, practiqué un año en piel de chancho. Mis padres, en un princípio, no estaban de acuerdo. Tenían miedo de que deje de estudiar. Pero esto no fue así, y pude volverme profesional en ambas cosas».

Para contextualizar: El cáncer de mama es el crecimiento descontrolado de las células mamarias. El cáncer, en sí, es el resultado de mutaciones, o cambios anómalos, en los genes que regulan el crecimiento de las células y las mantienen sanas. Pero con el paso del tiempo, las mutaciones pueden “activar” ciertos genes y “desactivar” otros en una célula. La célula modificada adquiere la capacidad de dividirse sin ningún tipo de control u orden, por lo que produce más células iguales y genera un tumor que puede ser benigno (no es peligroso para la salud) o maligno (es potencialmente peligroso). Generalmente, el cáncer de mama se origina en las células de los lobulillos, que son las glándulas productoras de leche, o en los conductos, que son las vías que transportan la leche desde los lobulillos hasta el pezón. 

Cifras en Argentina: Las tasas de mortalidad por cáncer de mama más elevadas se dan entre los 50 (41,6 cada 100.000 mujeres) y los 80 años o más (215,8 cada 100.000 mujeres). Más del 75% de las mujeres con cáncer de mama no tienen ningún antecedente familiar de dicha enfermedad. Para mayor información ingresar aquí.

Su aporte mágico al mundo:

El proyecto Empoderarte empezó hace 3 años y busca empoderar a las mujeres a través del arte. Gigi comentó que se trata de un feedback, en el cual les hace un regalo con un valor único para ellas, quienes también le devuelven algo, con sus historias, sus experiencias y ese incentivo a continuar haciéndolo. «La idea surgió porque considero que los artistas somos canales que manifestamos algo«, arrancó diciendo. Y después añadió: «Estaba estudiando a Viktor Frankl (padre del existencialismo en la psicología) y eso me hizo pensar, interiorizarlo, procesarlo y llevarlo a mi vida. A partir de las lecturas me empecé a preguntar qué le doy yo al mundo que me da tanto, y en el que existo«. En este sentido, argumentó: «De lo que habla la teoría es que uno puede aportar al mundo a partir de su sabiduría, de lo que uno sabe. Y yo pensé que puedo hacerlo como tatuadora por ejemplo, o como psicóloga cuando me reciba. Es devolverle algo al mundo. En un momento vi una foto de unas mamas tatuadas y ahí canalicé esa idea. Pensé: Yo soy mujer, y entiendo que muchas veces preferimos tatuarnos con otra mujer, más si es una zona más íntima«, confesó mientras recordaba el momento justo de su gran epifanía.

La conexión entre mandalas y mamas: Gisella contó que siempre estuvo conectada con la geometría sagrada y mandalas.

¿Tenés alguna metodología específica para este proyecto?, consultamos para incursionar en el tema.

En la técnica uso puntillismo, dotwork, porque es la menos invasiva, que más rápido cicatriza y menos duele«, respondió. Cabe añadir que ésta tiene su origen en la pintura. Específicamente en las vanguardias francesas de finales de los 1800.

La primera historia de muchas: «Subí una historia del torso de una mujer con las mamas tatuadas con mandalas y puse: ¿quién se prende?, estoy con un proyecto…Mi mejor amiga me contestó: yo estoy«, advirtió en base al puntapié de todo lo que vino después.

-¿Cómo fue el proceso hasta llegar al momento de tatuar a estas grandes luchadoras de la vida?, preguntamos.

Lo primero que hice fue practicar, porque las pieles son diferentes (algunas más finitas, más sensibles, más elásticas, que se mueven mucho). Y es por eso que publiqué en Instagram, para conseguir chicas voluntarias a quienes no les cobraría (solo los materiales). Luego, para llevar un registro, les consultaba cómo se sentían, si les había dolido, cómo cicatrizaba, etc. Los primeros 2 años fueron así, de práctica e investigación. Esto también tiene que ver con que soy muy perfeccionista, y pienso que hay que tratar al otro como a uno le gustaría que lo traten. Algo interesante fue que de 15 sólo a una le dolió. En paralelo, yo me hice lo mismo con una tatuadora amiga de Santa Fe que también se dedica al dotwork, Virginia Lamas conocida como Vir Paradise. Debía atravesar esa experiencia, tener un registro personal. Por otro lado, evalué lo que decía el discurso médico, qué informaciones había al tratarse de una patología. Aprendí que no puedo tatuar a alguien mientras le están haciendo rayos, o quimio. Tiene que haber pasado ese proceso, y además, las cicatrices ya tienen que estar blancas. De lo contrtario, estarían en proceso de regeneración todavía. Para ello, entrevisté a una dermatóloga, Agustina Romanello. En resumen, puedo tatuar cuando ya atravesaron la enfermedad y son unas guerreras, luchadoras, victoriosas, fuertes y empoderadas«, contestó.

Ph: Magui Herrera

Energía 100% femenina: Nuestra vecina cuyana contó que tatúa a las empoderadas los días viernes, «ya que es el único día de la semana con un nombre que proviene de una diosa mujer, Venus. Lo hacemos tipo ritual, sahumo todo el lugar para que se limpie y esté energéticamente cargado positivo, para llevar esa magia de la transformación. Y les digo a ellas que intencionemos el empoderamiento del género y que sumen la intención que quieran a la hora de hacer el tatuaje. Además, se lleva a cabo a la tardecita cuando cae el sol, para que tenga la influencia de la luna que es femenina«.

Escogió mandalas por dos motivos:

  1. Por su simbolismo al nivel espiritual, que representan el universo. «Así considero a las mamas que son las que nos alimentan cuando nacemos. Lo que primero nos hace sentir seguridad. El abrazo con la madre«, detalló.
  2. Y además, por la semejanza con la figura del torso de la mujer y las glándulas mamarias. «Éstas parecen un mandala flor«, resaltó. Y agregó: «El tatuaje significaría por fuera algo que tenemos o que podemos haber perdido pero que estaría representado con todo su poder con el mandala».

Anécdotas especiales: «El proyecto tiene vida propia, y cada contacto me enseña algo. Al ser un lugar tan personal y significativo (casi todas tenemos algún trauma o algo que nos pasó. Es un lugar tan señalado, que si usas escote, que sino, etc). Por lo que tatuarse esta zona te hace pensarlo. Y con todas las chicas hablamos sus procesos. Una de las primeras, de El Bolsón en la Patagonia, le escribió una carta al proyecto y fue muy emocionante para mí. Se refirió a la sexualización de las mamas, con cierta cosificación de la mujer, con una parte que es tan sagrada para nosotras. Otro punto a destacar es que uno de los pilares de Empoderarte es resignificar la cicatriz y la mama en sí aportando arte, y muchas de las chicas que son tímidas me contaron que luego pudieron mostrar su tatuaje normalmente. Esto sucedió porque lo ven como arte, y pienso que el cambio empieza en uno, ellas al no concebirlo como algo sexualizado los demás también lo naturalizaron«, relató.

Ph: Magui Herrera

Pero la historia que definió como la más bonita es la de Marita. Aquí, Gigi señaló que fue la primera empoderada que pasó por una mastectomía (cirugía que extirpa el seno por completo). «Decidió no ponerse directamente el implante mamario. Y le quedó una cicatriz muy grande. Ella lo aceptó así, me decía que es como perder un dedo, o una pierna, se puede seguir viviendo. Pero además, no quería pasar por más cirugías ni procesos largos, pero la cicatriz le molestaba», mencionó. A lo que sumó: «es súper agradecida, me emocionó y llegó al alma. Hasta le mostró a todos sus médicos orgullosa, Marita me incentiva ya que piensa que no hay mucha gente que haga esto».

Las guerreras que crearon otra vida:

Gisella comentó que dos de las chicas empoderadas, luego fueron mamás. Las cuales le enviaron fotos embarazadas y dando el pecho, «les ha encantado tener la geometría sagrada. Son imagenes emocionantes y hermosas«, recalcó.

Sus ideas para próximos proyectos afines: «Me gustaría hacer alguna investigación científica o escribir y registrar el proyecto con la experiencia de las chicas, relacionarlo con la psicología, con todo lo que conlleva la toma de decisión sobre el propio cuerpo y empoderarse. Llegar a unir mis dos pasiones. Además, como soy aficionada a viajar, me encantaría expandir mi arte a todos lados. Pero dejo que las cosas fluyan«, describió.

Su visión del género y sus conquistas: «Avanzó mucho en términos de derechos pero creo que aún faltan muchos más, como por ejemplo la equidad en laburos, remuneración, y otros puntos en los que muchas veces seguimos atrasados. Mi hermana, Macarena López Sabatini, es Lic. en psicología. Y tiene una formación en perspectiva de género, con ella siempre hablamos que muchos de los casos que ve en el consultorio, son mujeres que están agotadas por hacerse cargo de la casa y además de trabajar y cuidar de sus hijos. El trabajo de las tareas del hogar no solo no está remunerado sino que muchas veces no es reconocido, y ésto genera mucha angustia. Estamos en un proceso evolutivo pero que todavia falta«, aseveró.

Argentina en el rubro del tatoo: López Sabatini indicó que nota al país «súper evolucionado«, dijo que hay estudios increíbles y tatuadores/as muy profesionales. «Hoy en día es más un arte que algo meramente comercial. Y eso hace que entre nosotros nos entendamos, haya compañerismo y empatía. En general hay colaboración, se comparten ideas«, apuntó. Aunque indicó que ésto no siempre fue así: «Hoy, hay una cabeza más abierta, a mí como mujer los primeros años me costo crecer muchísimo, esto cambió». Y se refirió a algunos puntos que podrían mejorar en este ámbito: «Hay muchas historias de chicas que tatuadores varones las hicieron sentir incómodas. Y eso me parece horrible«.

Un mensaje para cerrar: «Para quienes atravesaron una enfermedad, desde mi lado las admiro y creo que sí es posible amarse y empoderarse nuevamente. Son vencedoras. Además, es importante saber que esta problemática es mucho más habitual de lo que una piensa, hay que ser preventiva y realizarse los chequeos generales y aconsejables por la medicina. Para quienes no tuvieron una patología, siempre se puede salir fortalecida y resiliente«, exclamó.

Ph: Magui Herrera

Y para la sociedad compartió: «Una enfermedad no debería ser admisible de discriminación, los prejuicios , por más de que existan , son dinosaurios que deberían estar extintos. Porque, como me enseñó Marita , nos puede suceder a cualquiera de nosotras. Ya seas vos, tu mamá, tu hermana, tu pareja, tu hija o tu amiga. Hay que ser más empáticos, cuando uno lo logra, siente el verdadero amor».

Todas las mujeres que quieran sumarse y ser parte del proyecto pueden contactar a Gigi por su Instagram o al de Empoderarte.

/medicalservice, Ministerio de Salud de Argentina, argentina.gob

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