La dos veces decana dejó el cargo de secretaria de Investigación para competir contra Myriam Arrabal por la conducción de la unidad académica. Es la pulseada que provoca más expectiva después del choque por el Rectorado. El rol del vicedecano Marcelo Vázquez.
Rosa Garbarino rompió relaciones políticas con su sucesora, la decana de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), Myriam Arrabal, en los primeros días de diciembre de 2024. Llegó a la unidad académica y se sorprendió al ver que el espacio que fundó, Pluralidad y Compromiso, dejó de ser el oficialismo. La actual timonel inauguró un nuevo sello: Encuentro. Fue la gota que rebalsó el vaso y generó la fractura definitiva entre las dirigentes. Las exsocias competirán por la conducción de Filosofía. Es la pelea más atractiva de las facultades.
La dos veces decana de la Facultad de Filosofía volvió al ruedo electoral luego de tres años como parte del Gabinete de Arrabal. Ocupó el cargo de secretaria de Investigación y Creación hasta el lunes 17 de febrero. Garbarino renunció al puesto y oficializó su candidatura al Decanato en un escenario novedoso. No solo rompió relaciones con Arrabal, sino que forjó un armado con el historiador Eduardo Carelli, quien la acompaña en la fórmula para el choque contra el oficialismo. La desvinculación impactó—al menos en términos formales—en el corazón de la gestión.
La sociedad entre Garbarino y Arrabal data de 2012. Las dos políticas universitarias trabajaron juntas en todos los comicios hasta la fecha. El momento clave surgió en 2021, cuando la exministra de Educación del gobierno de Alfredo Avelín (todavía afiliada al partido Cruzada Renovadora) cumplió los dos mandatos consecutivos al frente de la unidad académica y tuvo que bendecir a una sucesora. En ese entonces, había dos depositarias de confianza: Arrabal y la historiadora Cristian Espejo. Garbarino decantó por la actual decana y se lanzó como candidata a rectora. No tuvo suerte. Sus dos principales oponentes eran los mismos que ahora: el ingeniero Tadeo Berenguer y el arquitecto Jorge Cocinero.
Si bien Garbarino perdió y después respaldó a Cocinero en el balotaje—de ahí el vínculo que los une—, Arrabal venció al principal oponente: Carelli, quien formó un espacio diverso y atípico en conjunto con la militante kirchnerista Paula Mateos, de la que luego se separó por diferencias ideológicas insostenibles. La flamante decana asumió junto a Marcelo Vázquez, un hombre propuesto por el gremio Adicus, que conduce Jaime Barcelona y que tiene un correlato territorial en el Partido del Trabajo y del Pueblo (PTP), es decir, la izquierda maoísta.
Arrabal contuvo a Garbarino con la Secretaría de Investigación y también a otro dirigente del proyecto de Pluralidad y Compromiso, Javier Gil, quien pasó a ser el secretario de Asuntos Estudiantiles. Después sobrevino la historia conocida. La exdecana perdió el poder de la lapicera y la actual le dio una impronta propia a la gestión. ¿Cuál es el quid de la cuestión? Garbarino no está de acuerdo con el rumbo de la facultad. La principal crítica: «Perdió la esencia, ya no hay pluralidad. Ahora todo es compromiso con la partidización», dijeron sus voceros. Aunque es palpable la molestia con Arrabal por la cercanía que estableció con el oficialismo del Rectorado. La decana privilegió la buena sintonía con la vicerrectora Analía Ponce.
Garbarino, según comentaron desde su entorno más cercano, vio que Vázquez concentró poder y copó ideológicamente la gestión. «Hay discursos violentos. Rosa es afiliada a la Cruzada, pero nunca hizo política partidaria en Filosofía. En 2021 tuvo gente del Partido Justicialista en las listas. Mantuvo siempre una relación correcta con los gobernadores Gioja y Uñac. Pero no hizo actos partidarios en la facultad», esgrimieron. Naturalmente, ejemplificaron con el acto del líder de Patria Grande, Juan Grabois, en el aula magna de la unidad académica en septiembre y, aún antes, la charla del radical Leandro Santoro en la previa al balotaje presidencial de 2023 entre Javier Milei y Sergio Massa.
Los cuestionamientos a la gestión de Arrabal unieron a Garbarino y Carelli. El historiador era ficha puesta desde principios del año pasado. Una vez que terminó el acuerdo electoral con Mateos y con los sectores del progresismo, Carelli revalidó su apoyo a Cocinero para los comicios del 12 de junio de 2025. Quedó envuelto en titulares mediáticos por la foto que se tomó con la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, en el Hotel Del Bono Park. La hermana del Presidente visitó la provincia y el académico se acercó para comentar la situación del financiamiento nacional en las obras de la facultad.
Carelli mantuvo charlas informales con Garbarino. En algunas ocasiones, la exdecana también sostuvo reuniones con Cocinero. Los dirigentes constituyeron una tríada para pelear en Filosofía. Este diario publicó la incorporación de la cruzadista al espacio del historiador y el arquitecto, lo que causó sorpresa en los claustros. Ahora está constituida la fórmula y el sello: Pluralidad+Gestión. Carelli aceptó secundar a la exdecana para priorizar la competitividad en el choque con el oficialismo, que acusó el golpe e hizo una movida rápida para captar a los votantes.
Berenguer ungió como candidata a vicerrectora a la secretaria Académica de Arrabal, Andrea Leceta. La maniobra tiene una doble finalidad. Además de ser un atractivo para los profesores de Filosofía, el perfil de la funcionaria es estrictamente técnico. No tiene poder de fuego ni volumen político per se. Pero tampoco tiene una vinculación partidaria. ¿El rector quiere deskirchnerizar su imagen? Es una interpretación muy difundida, aunque la estrategia es cuestionada por la identificación que sostiene su espacio Vamos UNSJ con Patria Grande. Hay dudas respecto a la efectividad.
Ciertamente, el rector buscó—y probablemente logró—zafar de un enfrentamiento interno. Los dos nombres que más sonaron para acompañarlo provinieron de la Facultad de Ciencias Sociales y actualmente están en el Rectorado. Tanto el secretario Administrativo-Financiero, Ricardo Coca, como la secretaria de Extensión, Laura Garcés, eran las alternativas durante gran parte de 2024. Berenguer salió por la tangente y escogió a una mujer de Filosofía.
La decisión del rector y la renuncia de Garbarino impactaron de lleno en la estructura del Gabinete de Arrabal. La exdecana se fue y se llevó consigo a Gil. Son dos secretarios menos que tendrán que reemplazar. En tanto, Leceta deberá licenciarse durante la campaña. Es decir, son tres secretarios menos. En términos formales, la salida de tres de los cinco funcionarios que componen la mesa de decisiones de la unidad académica acarreará un contratiempo.
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