Infusión nacional y popular, presente en casi todos los hogares argentinos, una tradición poco entendida por extranjeros. Además que los coterraneos debieron aprender a compartir de otro modo a partir de la pandemia por coronavirus: el mate. Hoy en Argentina se celebra el día de esta tradición nacional.
El mate es una infusión que forma parte de la identidad nacional ya que se encuentra en nueve de cada 10 hogares y en el 2020 el consumo interno alcanzó los 268,8 millones de kilos, según resaltó el INYM.
Entre sus aportes para la salud, desde el Instituto remarcaron su «potente capacidad antioxidante», asociada a la alta concentración de polifenoles, un grupo de sustancias químicas que mejoran las «defensas naturales del organismo y lo protegen del daño celular».
Además, la yerba mate ayuda a controlar el peso corporal; colabora en la prevención de enfermedades cardiovasculares; reduce los niveles de colesterol y previene la aparición de enfermedades crónicas de origen inflamatorio como el cáncer y la diabetes tipo II, precisaron desde el INYM.
Historia del mate, sus inicios:
El comandante Andresito
Andrés Guaçurarí y Artigas, el comandante Andresito, fue un militar y caudillo guaraní misionero nacido el 30 de noviembre de 1778 en la reducción jesuítica de Santo Tomé, ubicada en la por entonces Gobernación de Misiones del Virreinato del Río de la Plata (hoy provincia de Corrientes).
Fue uno de los más fieles colaboradores del general José Gervasio de Artigas, quien lo adoptó como hijo.
El protagonismo de Guaçurarí se inicia en 1811, cuando se alistó a las tropas de Manuel Belgrano durante el intento libertario de Paraguay, ocupado por los realistas.
Hacia fines de 1812, ya como comandante de las Misiones Occidentales, logró desalojar a las tropas paraguayas que habían ocupado el departamento de La Candelaria (suroeste de la actual provincia de Misiones).
Durante las guerras de la Independencia fue el principal capitán en la defensa de los territorios ubicados entre los ríos Paraná y el Yacui, azotados por las constantes invasiones lbrasileñas.
El 24 de junio de 1819 fue hecho prisionero por el ejército brasileño, que lo trasladó primero a Porto Alegre y luego a la Fortaleza de San José, en Rio de Janeiro, donde falleció entre 1821 y 1825. Su cuerpo nunca fue recuperado.
El 1 de abril de 2014, la por entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner lo ascendió post mortem al grado de general del Ejército Argentino.
Una colosal estatua de metal brillante lo recuerda en la ciudad misionera de Posadas.
/Télam