La primera semana de funcionamiento de la convención chilena, que tendrá como máximo un año para redactar una nueva Constitución, ha estado marcada por una instalación difícil. Los 155 convencionales asumieron sus cargos el pasado domingo, en una ceremonia que fue suspendida por algunas horas por conflictos en las calles, y tuvieron 48 horas de retraso en el inicio de su trabajo por la falta de apoyo técnico en el edificio del centro de Santiago donde deben sesionar.
Los constituyentes recién se pudieron reunir el miércoles, en salas diferentes para respetar los aforos máximos por la crisis sanitaria de la covid-19.
La convención chilena está dominada por la oposición de izquierda, lo que ha quedado en evidencia en sus primeras horas de funcionamiento. En una candidatura impulsada por los convencionales mapuche, los socialistas y el Frente Amplio, la convención eligió presidenta a la académica Elisa Loncón. La vicepresidencia quedó en manos del abogado constitucionalista Jaime Bassa, del Frente Amplio.
Una segunda muestra del poder de la izquierda en el órgano constituyente fue la declaración que emitió el jueves, el último de los dos días donde sesionó la convención, a la espera de retomar el trabajo el martes próximo. Con el voto a favor de 105 de los 155 convencionales, aprobó una declaración que pide el indulto para los detenidos en el marco de las revueltas sociales de octubre de 2019 y a los “presos políticos mapuche” desde 2001, apresados en el marco del conflicto por las tierras en la región Araucanía.
La declaración ha revuelto la política chilena. Para Marcela Cubillos, una de las convencionales líderes de la derecha, “la declaración que emitió la mayoría de la convención en defensa de los responsables de la violencia no fue una mera declaración como algunos sostienen. El texto es claro y dice por eso demandamos a los distintos poderes del Estado. Actuando de facto como soberanos”.
El trabajo de la presidenta y el vicepresidente, mientras, no ha quedado ajeno a la polémica, por los reclamos de los mismos convencionales por el sistema de votación. Luego de la discusión sobre la necesidad de ampliar la mesa directiva, Bassa admitió errores en la conducción, que el constitucionalista atribuyó a la ausencia de reglamento, que debe ser trabajado por el mismo órgano en las próximas semanas. “No tenemos reglas en estos momentos para votar. Estamos haciendo un proceso de aprendizaje de ensayo y error”, aseguró el abogado del Frente Amplio.
Con un trabajo a contrarreloj, porque el texto constitucional será sometido a un plebiscito en el segundo semestre de 2022, existen preocupaciones desde diferentes sectores. Para Agustín Squella, académico y ensayista independiente, convencional por Valparaíso, “la contingencia puede terminar devorando a la convención constitucional”. En la misma dirección, el expresidente de Uruguay, José Mujica, aseguró a un periódico chileno: “Tengo miedo que la convención sea una bolsa de gatos”.