La Isla de la Magia con 70.486 personas vacunadas hasta el momento, aún mantiene 76.861 casos confirmados, 751 muertos y 142.000 en sospecha. La tasa de ocupación en hospitales es del 94,22%, según los datos recaudados del sitio de la Prefeitura de Florianópolis. El resto de Brasil vive la peor fase de la pandemia, según los registros de casos y muertes de coronavirus informados por los medios. Hacia el sur, se percibe desolación en el ambiente. Resignación y controversia social constante ante los intermitentes «cerramientos».

Por Débora Lorenzo, corresponsal de Ahora San Juan en Brasil.
Viernes santo, seis de la tarde. El cielo está nublado y las playas de Florianópolis se presentan como la tentación más díficil de superar para los moradores. Las fuerzas policiales patrullan la zona y no permiten la permanencia en ninguna de ellas. La arena está impecable, el sonido de las olas colisionando en la orilla del mar da inicio al silencio fúnebre del «lockdown» que no se termina más. Las cifras del covidrómetro son crueles y nos mantienen en velo.
Los vecinos curiosos salen a la vereda con temor y algunos más osados se animan a caminar por el centro de cada barrio. La decoración de las Pascuas viste las tiendas como invitación para entrar. Los colores y las luces intentan avivar el clima sombrío que se respira en estos últimos días. Y aunque el alma del pueblo ansía descansar, las salas de emergencia se mantienen activas y despiertas.

El camino construído por el COVID. Desde Septiembre de 2019 transito las calles sureñas de Brasil. Mi experiencia hasta hoy es un altibajo de sensaciones. En los inicios, la vida en general fué próspera. Hasta fines de febrero de 2020, que la inestabilidad comenzó. Ese año, el virus arrasó con el trabajo, la educación, la salud y la vida misma de los habitantes santa catarinenses. Se desató una ola de desempleos y cierres de negocios que instaló el temor. El número de casos confirmados y fallecidos aumentó rápidamente en el norte del país, alcanzando poco a poco a los estados del sur que siempre se mantuvieron en condiciones más óptimas frente a la pandemia.
Tuvimos meses de mejorías, donde casi se hacía vida normal. Lo que conllevó a que la gente vuelva a sentir el sabor de la libertad. Fiestas, tardes soleadas en la playa, reuniones en sus casas y demás. Así conocimos los comienzos de los «lockdown», quince días de prohibiciones y toques de queda. Aperturas paulatinas, de nuevo las aglomeraciones y las recaídas en los cerramientos que hasta hoy se mantienen en pié.

2021 de trasiego constante. Paradójicamente, el sol se esconde. El vaivén en el que el coronavirus nos sumió está latente. La esperanza de un año con evoluciones económicas y en el área de la salud, cambian como las personas que entran y salen de la isla (a pesar de que los cierres de fronteras afectan a los turistas). Hoy el contexto es extraño, con un silencio desértico instalado. Las miradas desde los balcones me acompañan, ya está oscuro, no se ven sonrisas, solo algún que otro rostro con barbijo caminando. Semana santa reavivó algo del espíritu brasilero. Pero no se compara con el día en que conocí a este pueblo jocoso y optimista. Las nuevas reglas mantienen la brecha entre los que se hartaron de cumplirlas y las desafían, con quienes cautelosos aún aguardan isolados esa tan ansíada mejoría.
Con más de setenta mil personas vacunadas, se sostienen un igual de casos confirmados. 751 muertos y 94,22% de ocupación de camas en los hospitales (estas cifras mudan contínuamente). No salimos del riesgo gravísimo y la sociedad pareciera acostumbrarse a coquetear con los «lockdown», como una relación tóxica, entre prohibiciones y aislamientos duramente instalados. Son las ocho de la noche, y desde el suntuoso Jureré, hasta el concurrido Ingleses, el atractivo Ponta Das Canas, o el tranquilo Santinho; el halo de misterio e incertidumbre es igual para todos.
Que lujo tener a Débora Lorenzo como corresponsal en Brasil. Un orgullo además.
Entre tanto engaño y mentiras es bueno que se publique la realidad de nuestro pais hermano cuanto dolor y muerte gracias Debora Lorenzo por tu informacion desde Santinho Brasil que Dios los proteja y pronto esten todos vacunados
Triste realidad en brasil y el mundo ojala te hayan vacunado y a tu familia felicitaciones por tu nuevo embarazo ojala puedas volver a argentina y tener tu bebe en familia asi te cuidan hasta volver a brasil es mas seguro en cordoba con los que te aman fuerza y a seguir adelante por vos por tus hijos por el bebe en camino