Los sanjuaninos Alejandra (32) oriunda de Pocito y Alejandro (33) de capital, debido a su trabajo viajan constantemente por el país y lo venían haciendo junto a su perrhija Berta, una Yorkshire que llegó a sus vidas en momentos difíciles para subsanar heridas y dar un giro a sus pesares. Hoy la perrita tiene 4 años, y está perdida en la provincia de Córdoba. Están desesperados por encontrarla y ofrecen una recompensa de veinte mil pesos a quien se las devuelva.
Ahora San Juan conversó con Alejandra y Alejandro, una pareja de San Juan, que actualmente vive en Buenos Aires y son los tutores de Berta. Ambos cargan una historia conmovedora en torno al deseo de ser papás. Están juntos desde hace alrededor de 12 años y fue gracias al cariño que su mascota les brindó, más todo lo que tuvieron que pasar para lograrlo, que al fin consiguieron ser papás de una bebé maravillosa a la que nombraron Justiniana. Pero toda esa alegría se ve opacada hoy por la pérdida de su pequeña perrita.
Los desafíos de su amor: Se conocieron a través de una amiga en común que los presentó, mientras ella estudiaba en San Juan y él en Mendoza. El romance trascendió, fueron novios desde 2010, hasta que en 2017 se casaron y se fueron a vivir a Chubut. Y ahí comenzó un deseo que les parecía casi imposible de cumplir: Sus ganas de ser padres. Lo intentaron desde entonces, pero el resultado esperado no llegaba. Parecía cada vez más lejos, y su angustia y frustración crecía al mismo tiempo. En ese contexto, Alejandra cayó en una profunda depresión, sumada al desarraigo familiar que vivía por tener que dejar su provincia natal debido a los condicionantes laborales.
Un bebé de cuatro patas: Mientras la vida ponía a prueba su perseverancia, Alejandro decidió apaciguar el dolor de su amada y la sorprendió con la llegada de un nuevo ser a su hogar. «Me llevó al aeropuerto diciéndome que su mamá le había mandado una caja y no sabía que era«, comenzó contando. Y reveló que a ella le extrañó que haya realizado este envío por avión debido a los precios elevados de este servicio. A lo que él respondió: «Vos viste cómo es mi mamá, no sé qué es lo que habrá mandado«, y finalmente cuando estában ahí, para su grata sorpresa se trataba de la hermosa Berta.
Desde ese momento y hasta el pasado 11 de febrero, ella nunca se despegaba de su lado. «Iba a todos lados con nosotros ya que no teníamos a nadie de confianza disponible para cuidarla«, comentaron. Y especificaron que una vez por mes iban a San Juan, y ella siempre viajó en avión con ellos. «No sabe quedarse sola en la casa, así que hasta los finales de semana en los que salíamos a andar en bicicleta ella nos acompañaba«, añadieron. La mascota los ayudó a sobreponerse a cada momento complicado y salir adelante. “Es como una hija para nosotros. En cada mudanza Berta vino con nosotros”, describió angustiada Alejandra.
El día del calvario: El pasado viernes 11 de febrero, la pequeña Yorkshire, que estaba temporalmente en Córdoba al cuidado de una cuñada de la joven (Agustina), se escapó de una casa ubicada en Asturias y Toledo, en barrio Colón.
El sueño cumplido de su primer hija: Después de algunos tratamientos, el matrimonio logró concebir a su beba Justiniana. Luego de transitar un embarazo de alto riesgo, por el que debieron mudarse a vivir a Capital Federal de Buenos Aires para tratar su complejidad. Alejandro (que trabaja en una empresa que tiene sede en Caba) consiguió organizar su agenda laboral y la familia completa partió: El dúo de Ales, la beba en camino y su perra Berta.
La dificultad de las mudanzas con mascotas: En este sentido, el matrimonio confesó lo duro que fue esa travesía para ellos: “Hoy mi beba tiene cuatro meses. Vinimos a Buenos Aires para que el embarazo esté controlado con la idea luego de volver a Chubut, donde estábamos viviendo”, explicó Alejandra, y añadió: “Pero la empresa decide que mi marido continúe con su trabajo en Caba. El contrato temporal que teníamos se venció y nos trasladaron a un hotel que no admitía mascotas. Por eso tuvimos que llevar a Berta a Córdoba hasta conseguir un nuevo hogar”.
En este punto, aclararon que la cuñada de Alejandra la cuidó más que bien durante dos meses hasta el día en que se extravió: «Tuvo que salir, por no dejarla sola, les encargó a Berta a los papás de una amiga por unas horas. Y ahí fue cuando en algún descuido se perdió«. Ese día, contextualizó, que llovía y la cachorra es temerosa de todo: «Con el tema del clima, encontrarse en una casa ajena con gente que no conoce, al parecer se escapó«. Pero sus dueños no se enteraron de ésto hasta el pasado domingo 13 de febrero (con la esperanza de encontrarla antes, no les avisaron hasta ese entonces).
El lúnes a primera hora, Alejandro viajó a Córdoba para buscarla y su esposa quedó en Buenos Aires debido a que tiene que cuidar de su bebé. Toda la familia de ambos están repartiendo panfletos y hablando con diferentos medios de comunicación para dar con su paradero, difundiendo en diferentes redes sociales la búsqueda y con la esperanza de que pronto puedan volver a abrazarla.
ATENCIÓN: En estos momentos, los papás humanos de Berta ofrecen una recompensa de 20 mil pesos para quien pueda tener datos del paradero de la perra.
Los teléfonos de contacto son: 2645033995 / 2644620523 / 2644648330. “Estamos desesperados. Berta es parte de nuestra familia. La queremos de vuelta”, subrayó Alejandra.
Datos específicos que la diferencian de otros Yorkshires:
- Tiene poco pelo, ya que la mayoría de su raza tienen un pelaje más extenso.
- Poco antes de que se extravíe la llevaron a la peluquería canina, donde le dejaron el pelo más corto en el cuerpo y más largo en la cabeza.
- Está entrenada: sabe sentarse, dar la pata, acostarse, viajar en mochila tranquilamente.
- Es miedosa. No se da con extraños.
«De personalidad es como un bebé, la criamos de esa manera. Le gusta ir a la montaña, al mar, es muy cariñosa pero también temerosa. Sobre todo a la lluvia, los truenos, el viento. Aunque al ser una perra de dos kilos y medio es de fácil manejo, y seguramente alguien la robó por eso. Es muy amorosa, temerosa e inteligente«, concluyó Alejandra.
