Hay nombres en el deporte sanjuanino que además de significar mucho por todos aquellos logros alcanzados, también provocan otra clase de repercusiones al considerar que son deportistas generadores de cambio en la especialidad en la que sobresalieron, pero también fuera de ella.
Anabella Flores Diapolo o simplemente “Ana” para sus amigos, familiares y alumnos, es profesora de Educación Física y arquera sobre patines del Concepción Patin Club (CPC) y CEO de TBT CLUB gimnasio. Es parte de aquellos deportistas de alta elite sanjuanino, que marcan un antes y después en su especialidad, es arquera de la selección Argentina de hockey sobre patines, equipo femenino que se ha consagrado en los Primeros Juegos Sudamericanos de Deportes sobre ruedas el domingo pasado. Ahora San Juan entrevistó a la encargada de defender los tres palos para conocer más sobre su vida y su trayectoria.

“Las Águilas” lograron una cómoda victoria por 5-0 ante su similar de Chile en la final de los Sudamericanos. En un estadio Aldo Cantoni colmado, “Las Águilas” supieron jugar el partido sin apuros y dejaron a Argentina en lo más alto, Anabella fue parte de este suceso único que se pudo disfrutar en nuestra tierra.
Ana empezó a jugar al hockey a los 7 años junto con su hermano, “él empezó primero y yo le copié. Yo seguí y el dejó Hockey. Al principio era jugadora y al año siguiente el profe me puso como arquera, entonces jugaba medio tiempo de arquera y medio tiempo de jugadora para que siguiera aprendiendo a patinar”, aseguró.
Cuando la vemos atajar se pueden ver sus cualidades como arquera, buena técnica, capacidad de juego, buenos desplazamientos y ubicaciones en la portería y por supuesto buenos reflejos. Y al preguntarle a qué edad definió ser arquera, nos contó: “A los diez años otra profe me hizo decidir por el puesto y yo lo elegí porque habían pocas arqueras. Me vi con más posibilidades de jugar. Comencé en el Concepción Patin Club CPC y nunca me cambié, entreno en él hasta hoy”.

“Desde que empecé con el club he participado en todo tipo de campeonatos, en selecciones provinciales desde chiquita, en sudamericanos y panamericanos y después más tarde llegaron los procesos de la selección Argentina en los cuales también visité diferentes países jugando. Como: Chile, España, China, Colombia y Brasil. Y con el CPC somos campeonas intercontinentales desde el 2018. Nunca me imaginé disfrutar tanto de los éxitos pero creo que es algo que se logra con la constancia y disciplina en el entrenamiento”, aseveró Ana.
–¿Qué sentiste este domingo cuando ganaron el sudamericano?, y además, en tu provincia. Preguntamos con orgullo, a lo que ella respondió amablemente:
–“La verdad que cuando vestimos la camiseta de la selección Argentina el domingo pasado sentí esperanza de que se pueden lograr los sueños, y que eso fué el resultado del trabajo que hacemos para conseguirlo”.


Cuando Anabella está en su juego se la observa temperamental, con gran personalidad y muy decisiva, ya que un error le puede costar un gol a su equipo. “Me auto percibo como una persona perseverante, alguien a quien le gusta mucho entrenar, disfrutar de el deporte y superarme día a día”, aseguró. Sin embargo, su forma de ser también se destaca fuera de la cancha, ya que su vida deportiva no sólo está unida por el hockey, sino también por su carrera y por su proyecto deportivo. Anabella y su pareja Santiago, comenzaron juntos un proyecto TBT CLUB, un gimnasio que actualmente se encuentra en calle Rastreador Calivar entre Av. Ignacio de la Roza y Av. Libertador.
“No solo tengo al hockey como proyecto, sino también comparto un proyecto muy importante con mi pareja que es TBT CLUB, un gimnasio en donde nos dedicamos a trabajar y a guiar a las personas en sus objetivos específicos. Trabajamos en forma semipersonalizada y ahora en forma personalizada también en diferentes horarios. Este proyecto surge por la necesidad de manejar mis propios horarios, ya que el hockey te demanda otros tiempos más amplios. Lo cual varía según los técnicos que estén. Y yo me acoplo a eso. Por ejemplo, cuando estaba en otros trabajos como profe se me complicaba mucho y terminaba renunciando o siempre me tiraban las orejas porque faltaba mucho debido al entrenamiento. El TBT me ha permitido acomodarme a esos horarios y cuando no estoy tengo un grupo de profesores que se encargan de las clases”.
Manifestó que el proyecto se dió en tiempos de pandemia, entonces, en este punto le preguntamos:
–¿Pensaste que este emprendimiento crecería tan rápido y con tanta gente entrenando?
-“Al proyecto lo largamos cuando el tema pandemia no se solucionaba del todo pero con mi pareja pensamos que era lo mejor y aunque tuvimos que pasar diferentes situaciones complicadas salimos adelante. La verdad que al principio estimamos empezar con 40 personas y al final lo hicimos con 90. A los tres meses ya teníamos mas de 110, y en menos de un año nos tuvimos que mudar porque el gimnasio nos quedó chuiquito. Estuvo bueno este proceso tan rápido”, expresó con entusiasmo.
Por último, le preguntamos a Ana qué sueño tiene como deportista y personalmente: “La verdad que como deportista me queda una sola cosa por desbloquear , que no me gusta decirlo al aire porque siento que lo voy a mufar, pero la gente que me conoce sabe qué es. Y como persona me gustaría viajar más, conocer más países y disfrutar más del retiro que es algo en lo que también estoy trabajando”- culminó nuestra entrevistada.
