Comienza una semana crucial para el presidente Alberto Fernández en la que tendrá que resolver diversas cuestiones: por un lado, definir si viaja o no a los Estados Unidos para participar de la Cumbre de las Américas. En caso de hacerlo, tendrá el desafío de elaborar un discurso en contra de la decisión de la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, de excluir de la cumbre a Nicaragua, Venezuela y Cuba. Por otro lado, deberá definir qué hacer con las retenciones a los sectores agropecuarios y el aumento de las tarifas. Por último, Fernández sigue teniendo pendiente la tarea de ordenar el frente interno, aunque un primer paso fue la participación del mandatario en Chaco en un acto de institucionalización del FdT en la provincia.
Entre la interna y la institucionalización.
La vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, este domingo volvió junto a su hijo, el diputado y líder de la Cámpora, Máximo Kirchner, de Santa Cruz. Más allá de las especulaciones que generó el viaje de los dos juntos, desde el entorno de la presidenta del Senado aseguran que fue solo «un viaje familiar» y también contaron que les pareció bien la aparición de Fernández en el Chaco junto al gobernador, Jorge Capitanich.
La ciudad de Resistencia, Chaco, gobernada por Jorge Capitanich se convirtió este sábado en el primer distrito en institucionalizar el Frente de Todos.
«El enemigo nuestro no está en el Frente de Todos, sino en esa maldita derecha que una vez más quiere volver a someter al pueblo argentino«, afirmó el presidente Alberto Fernández y agregó «No dejen que nos dividan. El día que nos dividimos, Macri fue presidente». De esta manera Fernández marcó la necesidad de cuidar la unidad aunque lleve casi tres meses sin reunirse ni hablar con la principal accionista del FdT, Cristina Fernández de Kirchner.
«Buscamos garantizar la unidad en la diversidad», dijo Capitanich que movilizó para demostrar la fortaleza del FdT local pero también para que el Presidente vea y sienta la conveniencia de contar con una institucionalización de la coalición gobernantes como una forma de resolver las tensiones internas.
Capitanich, en ese sentido, afirmó que para el Chaco es la única forma de garantizar «la unidad en la diversidad, por lo que estamos integrados por 144 congresales, 36 miembros del consejo provincial, 31 miembros del comité ejecutivo«. Ahora espera que se replique en el resto de las provincias y, sobre todo, a nivel nacional.
«Las diferencias no nos tienen que dividir, sino enseñar a construir un camino que nos permita resolver los problemas de los argentinos«, reclamó el gobernador sin nombrar a Cristina y tampoco al Presidente que esperaba su turno para hablar. Insistió en la conveniencia de darle un sesgo institucional al FdT y para eso «hay que hacer una convocatoria amplia, plural y democrática».
«Juntos, unidos, vamos a ser capaces de combatir la inflación, cuidar el salario y el trabajo de los argentinos y salir todos juntos a destacar todo lo que se ha hecho» y «para participar abiertamente para que el próximo año siga gobernando la República el Frente de todos, y seguir construyendo la Argentina que nos merecemos», finalizó Capitanich y le dio paso al Presidente.
Para Alberto Fernández quedó el cierre del acto. Les pidió a todos «ponerle toda la fuerza que necesita el Frente de Todos, para transitar juntos lo que queda de gobierno para que en el 2023 volvamos a darle a los argentinos la alegría de tener un gobierno que se ocupa de ellos».
El Presidente no habló de quién sería el o la candidata el próximo año. Tampoco dijo que la institucionalización chaqueña la va a replicar a nivel nacional. Para Fernández, al menos en su discurso, lo que importaba era dejar bien en claro que es imprescindible la unidad: «Nosotros tenemos que construir la mayor unidad posible, porque esto que digo yo no es distinto a lo que piensa cualquier dirigente del Frente de todos», indicó.
Fernández no lo dijo, ni siquiera hizo una referencia a la posibilidad de que se inicie el proceso de institucionalización a nivel nacional. Solo afirmó que «tenemos que construir una patria que nos una y dejar de lado las diferencias que podamos tener y darnos cuenta que nos unen varios denominadores comunes y nos diferencia por qué camino llegar».
Retenciones y suba de tarifas
Con la guerra que se desató entre Rusia y Ucrania el precio del trigo aumentó y Argentina es uno de los grandes productores mundiales de ese bien central en este contexto.
Desde algunos sectores del oficialismo opinan que debería haber un aumento en las retenciones para que el precio del conflicto no lo termine pagando la gran mayoría de los argentinos que ven aumentos desmedidos en el precio de los alimentos. Desde el Gobierno, en tanto, la única política que aplicaron al respecto fue la elaboración del fideicomiso del trigo. No avanzaron con un aumento en las retenciones a los sectores agropecuarios.
Una de las posibilidades que ven factible desde algunos sectores es que el Presidente avance con el aumento de las retenciones por decreto, para no tener que esperar una aprobación del Congreso. Consideran que por más que haya un revés judicial a una posible aplicación del aumento por decreto, en tal caso la plata se devolvería en pesos y con eso se podría poner un ancla a los precios. Sin embargo, desde el entorno del mandatario aseguraron que «jurídicamente esa postura es incorrecta» y que «todo lo que tenga que ver con lo impositivo tiene que pasar por el Congreso».
Otro de los temas que estarán en agenda esta semana es la suba de tarifas anunciada para junio. Desde el gobierno aseguraron que «lo único que queda es definir el diez por ciento que pagaría la tarifa plena», y puntualizaron que «eso está a cargo de la secretaría de Energía«, que conduce Darío Martínez.
Ya salieron las resoluciones para los aumentos de luz y de gas y desde el Ejecutivo destacan que «se está avanzando en la segmentación que próximamente saldrá».
La Cumbre de las Américas.
Fernández había adelantado que no asistiría a la cumbre que se llevará a cabo el 6 de junio en Los Ángeles si Biden excluía a Nicaragua, Venezuela y Cuba. El Presidente de México, Manuel López Obrador, ya anunció que no irá y otros presidentes de la región como el brasileño Jair Bolsonaro y el Boliviano, Luis Arce, tampoco irían.
El Presidente, si bien no comparte las políticas de Biden en Latinoamérica, sabe que en noviembre el estadounidense enfrentará elecciones de medio término y que el expresidente Donald Trump tiene grandes posibilidades de ganar la presidencia en 2024.
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