Ahora San Juan tuvo el agrado de conocer a una brillante deportista reconocida en el mundo del ciclismo, la joven Maribel Aguirre. de tan sólo 22 años, con más medallas que años.
Algunas personas de su circulo cercano la apodan «Bebota», un sobrenombre que marca los inicios de Mari en las competencias de ciclismo infantil. «Un periodista que relataba las carreras infantiles me apodó Bebota, y para algunos así quedé, al principio no me gustaba, pero quedó como un sobrenombre cariñoso», recuerda sobre aquella competencia que sucedió hace 17 años, cuando la joven era una niña de 5 años que brillaba sobre las dos ruedas. «Yo era amiga de la hija de ese periodista, ella era muñeca y yo bebota», suma a la anecdota.

Claramente Maribel no podia elegir otro deporte, aunque según lo que relata la jóven ciclista, su familia la llevó a todos los deportes para que eligiera otra cosa que no sea el ciclismo, pero la sangre tira y lo que uno mama desde el vientre tarde o temprano se exterioriza. «Me llevaban a voley, a todo, pero no hubo caso», dice entre risas.
El padre de Mari es Sergio Aguirre es un reconocido ciclista, no sólo a nivel local, sino a nivel mundial. Sergio fue entrevistado por diario La Nación hace dos años, que es su redacción lo definió como «un verdadero procer de la Vuelta San Juan» y lo comparó con ciclistas célebres a internacional como el eslovaco Peter Sagan o belga Remco Evenepoel.
Sergio, además de ser ciclista tiene una escuela de ciclismo. En ese lugar la joven dio sus primeros pasos, o sus primeras pedaleadas profesionales.
«Hoy puedo decir que el ciclismo es mi profesión, es mi trabajo, gracias a Dios puedo decir que vivo de la bici», dice sabiendo que es afortunada de la posición que ocupa. Esto se debe a todo el esfuerzo que realiza Mari desde muy pequeña. Sin embargo agradece a su familia porque nunca la presionaron para triunfar. «La etapa infantil y juvenil la disfruté mucho, era todo un juego».
Con el mismo pasar de los años lo fue «tomando más profesionalmente» pero «sin quemar etapas».
El nucleo familiar es de deportistas, todos/as ciclistas, su abuelo, su padre, su hermana (Ludmila), su madre es periodista deportiva (Roxana Mangüe). En este contexto, todas las carreras «de mayor a menor importancia se toman con la misma magnitud».
La rutina diaria de una joven ciclista de 22 años no se asemeja a la de cualquier otra joven. «Los entrenamientos son a la mañana. A veces es doble turno de entrenamiento, según para qué me esté preparando». El sol sanjuanino arde en las pieles de todos, y quienes practican ciclismo profesionalmente como Mari, se ven obligados a inciar muy temprano para hacerle frente a las altas temperaturas. El entrenamiento en bicicleta no es lo único que hace la joven para estar lista para brillar en pista, sino que además debe hacer turnos en el gimnasio.
La nutricion es un eje esencial, nada está librado al azar. «Llevamos una alimentación bastante especifica, con una nutricionista. Con comidas diferentes segun los días y la cantidad de horas que entrene».
Combinar la vida de una joven con la de una joven deportista de elite, es complejo «mas cuando se está preparando un objetivo». Las juntadas son tranquilas y después de cumplir objetivos.
«Luego de salir campeona argentina, ganando cuatro medallas de oro y una de plata, salí con mis amigas. No salía desde antes de la pandemia, había pasado un monton. Los días que una tiene para disfrutar así son muy pocos porque es arduo el entrenamiento y una trasnochada puede hacer que la pagues bastante caro», asegura la veinteañera, pero sin arrepentimiento en su voz, sino con una noción de responsabilidad.
De su adolescencia, Mary recuerda que «todos me decían: ‘salí Mari’ y siempre fui muy responsable en ese sentido» porque solo ella sabe lo fuerte que son los entrenamientos para que «una trasnochada» arruine el esfuerzo de meses. «Todas las carreras para mi son importantes. Cuando era chica me perdí Fiestas de Quince de mis amigas. Estuve con mis amigas más cercana y aun así a la 1 ó 2 de la mañana le pedía a mi mamá que me fuera a buscar».
«Conocer muchos paises del mundo», es una de las principales viviencias que le agradece al ciclismo. «Si no fuera por la bici no hubiera podido conocerlos. Conozco Italia, Suiza, Noruega y estuve en muchos países por mucho tiempo gracias a la bici».
El segundo lugar en el podio de las vivencias que quedarán grabadas por siempre en la memoria de la joven Aguirre es: «Un acontecimiento muy importante que viví, en el 2016, cuando aún tenía edad de junior, competí en el Campeonato Argentino de Elite que fue en San Juan y me fue muy bien, salí campeona argentina. Nunca en mi vida había tenido unas tribunas super llenas gritando mi nombre, alentandome. Esto quedó muy marcado en mi aunque antes habia ganado competencias más grandes». Es que la sanjuanina pudo unir el clamor de los coterraneos, el deporte provincial por excelencia y la tierra del puro sol.
Ahora la meta está puesta en los Juegos Panamericanos de Cali, que inician desde el 25 de noviembre al 5 de diciembre. «Voy a estar compitiendo en la pista y es uno de los más importantes que queda del año». En esta oportunidad está compitiendo junto al Seleccionado Argentino «la Selección a depositado mucha confianza en mí y espero estar a la altura de la circunstancia».
«Esperando que se dé la ida a Europa que es el gran sueño que tengo latente. Espero el próximo año estar corriendo una temporada en Europa», dijo como deseo por el cual viene trabajando.
La agenda internaciónal de actividades de la «bebota» Aguirre deja espacio para ocuparse de asuntos locales. Mari está al frente de la Escuelita de Ciclismo que se desarrolla en el Pinar. «La habia iniciado Nico Naranjo, nosotros eramos muy amigos y él estaba muy entusiasmado con este proyecto». Nicolás Naranjo era un ciclista de alto rendimiento, el 12 de septiembre de este año, compitiendo en una final de una prueba de eliminación, de la novena fecha del Campeonato Pista de Mendoza, cayó y sufrió graves heridas en la cabeza y fue trasladado rápidamente al hospital, donde tuvo un fatal desenlace.
A Mari le apasiona la docencia en el ciclismo y por esto «trato de inculcar que disfruten- los niños-. Hoy en día los padres veces les ponen mucha presión a los chicos y ellos solo tienen que disfrutar, más allá de los resultados. Es una etapa donde el ciclismo es un juego», concluyó Mari Aguirre.